martes, 7 de octubre de 2008

Interludio C.Wolf, Volumen 1: Aguas siniestras.

Pablo Hermosilla nunca había tenido miedo. No es que fuera el tipico macho recio que ocultara su temor para parecer mas viril, simplemente nunca lo había experimentado antes. Por supuesto que se asustó con alguna ventana cerrada por el viento o con algún saludo inesperado, pero jamás tuvo miedo. Según él, por 2 cosas; No sabía apreciar su vida ni la de otros. Sin familia viva, su unica preocupación eran las tardes de poker que sus amigos de la escuela de investigaciones le hacían perder entre tragos y cigarros; y Andrea. Andrea Aguilar, su querida compañera de aula, tan tenaz como hermosa, profundos ojos verdes y un espiritu deslumbrante.

Pero ahora, Pablo tenía miedo. Por primera vez tenía la sensación de que, hiciera lo que hiciera, no tendría mas remedio que rendirse. Aún así, Pablo sabía que si no lograba mostrar todo lo que descubrió, no solo él moriría, sino que una cantidad exuberante de gente. Sentía como su pecho se agitaba y su corazón bombeaba miles de veces por segundo. Su estomago se remeció; algo le estaba peñiscando por dentro. Tomó su celular y marcó "Andrea". Un agudo dolor le recorrió el cuerpo. Sintió como si dentro de si, un mar se desbordara. Miró bajo su polera y un moretón le llegaba desde el pecho hasta abajo de la ropa. Andrea seguía sin contestar. Sintió otro dolor más, esta vez cerca del esofago. Gritó con todas su fuerzas. Solo podía pensar en Andrea. Miró hacia todos lados y chequeo que todas las pruebas estuvieran cuidadosamente puestas.

El celular le devolvió un sutil sonido, un "BIP" lleno de energía que resonó con una fuerza sin igual. Pero apenas tomó en telefono, una pregunta rondó su mente. Sabía que si no le decía el dato clave, muchas vidas se perderían; por otra parte, no tendría otra oportunidad para hablar con ella nunca más. Apenas sentía sus piernas y sientió terror de mirar su cuerpo. Del otro lado del telefono, una voz despreocupada y sutil le contestaba con un "hola", mientras Pablo se armaba de valor para decirle lo qeu tenía que decirle.

"Orfanato Alberto Hurtado, habítación 303. Te am...."

Sintió como ya no podía respirar. El sonido de la carne y los huesos destrozados retumbaron en toda la habitación. Pablo sabía que al final, ella lo sabría todo. Aquella habítación, él sabía lo que significaba para ella y que esta no dudaria en ir en busca de respuestas. Deseo quizas poder haberle dicho lo que sentía, pero ya lo descubriria ella más adelante. Vió como miles de tentaculos salían de su cuerpo y le desmembraban lentamente. De pronto dejó de sentir dolor.

y ya no tuvo miedo nunca más.

Chpro.

No hay comentarios: